viernes, 28 de enero de 2011

LA HIPOCRESÍA DEL PLAGIO ELECTORALISTA



En los últimos tiempos, y ante la convocatoria electoral inminente, el PP, el PSOE y hasta el propio PRC, están cuestionando la racionalidad económica del estado autonómico y, aunque en un principio las denostaran, enarbolan hoy propuestas que Unión Progreso y Democracia, UPyD, lleva defendiendo desde su fundación en 2008.   

Foto: J.Mier
Estos principios de UPyD fueron concretados por la diputada Rosa Díez en enero de 2009 mediante la presentación en Las Cortes de una Proposición no de Ley de austeridad y racionalización de las Administraciones Públicas y de eliminación de duplicidades y gastos superfluos y otra vez a finales de 2009 de un Proyecto de Ley de gobiernos austeros y eficaces en el uso del dinero público, fijando las normas para el Gobierno y la Administración de España y de las Entidades locales y armonizando la de los gobiernos y administraciones de las comunidades autónomas bajo esos principios. Y aún estamos esperando.
Las propuestas de UPyD han seguido un curioso proceso: primero fueron ridiculizadas, después criticadas e ignoradas y finalmente fueron plagiadas por PSOE y PP. Como ejemplo claro de este plagio tomaremos como base tanto las iniciativas parlamentarias de Rosa Díez como la publicación en marzo de 2010 por parte de la Fundación Progreso y Democracia del libro “El Coste del Estado Autonómico”, un informe a cuyos contenidos se refieren últimamente con frecuencia PP y PSOE sin citar, por supuesto, la fuente. Ilustraremos lo anterior con algunos ejemplos: 
1. El Sr.González-Pons enunció que simplificando el estado autonómico se podrían ahorrar hasta 26000 millones de euros, cifra resultante del estudio de la Fundación Progreso y Democracia y expresada en su informe.
2. UPyD mediante su diputada Rosa Díez presentó en 2010 tres propuestas, tres, para terminar con los privilegios en materia de pensiones de diputados y senadores y el 22 de diciembre pasado las mesas del Congreso y el Senado, PP incluido, votaron unánimemente contra dicha iniciativa, pero el Sr.Rajoy en la última y millonaria convención popular enarbola como propia y válida la propuesta a la que su grupo acaba de votar que no y dice que será una de sus iniciativas ¿Entró en razón? Qué va…  fue puro oportunismo electoralista pues acaba de votar mano a mano con el PSOE en contra del voto particualar de UPyD que incluía acabar con los privilegios parlamentarios en materia de pensiones.
3. De Bono a Cospedal, pasando por Revilla, se habla de la necesidad de racionalización económica del Estado de las Autonomías mientras en las cortes de España se aprueba un estatuto de autonomía extremeño que perpetúa el sistema de duplicación competencial dotando incluso a Extremadura de facultades de acción exterior, mientras nuestras 17 leyes de educación abocan a España al último lugar en el informe PISA, mientras independientemente de nuestro tamaño (el CES está con nosotros) calcamos para Cantabria fórmulas foráneas que incrementan nuestro ya de por sí grande aparato administrativo autonómico y su correspondiente periferia (léase Ley de Igualdad).

Y es que los dos grandes partidos nacionales (y hasta el propio PRC en las palabras del Sr.Revilla sobre el límite del estado autonómico) en su calidad de depositarios del poder en diversas administraciones no necesitan anunciar propuestas sino llevarlas a cabo en aquellos ámbitos en los que ya gobiernan, cosa que ni han hecho ni probablemente harán, porque en el fondo no quieren cambiar nada.
UPyD-Cantabria exige por tanto coherencia al arco parlamentario cántabro para que allá donde gobierne predique con el ejemplo y se deje de hipócritas y electoralistas declaraciones de intenciones que nunca ha tenido en mente llevar a cabo. Del dicho al hecho no puede haber nunca tanto trecho.

Román SAN EMETERIO-PEDRAJA y Joaquín RUBIO SOLER
Candidatos de UPyD a la Presidencia de Cantabria y al Ayuntamiento de Santander

martes, 18 de enero de 2011

INFRARROJOS DE FAROL

Foto: Namor Omán

Anoche, al resplandor rojo vivo de un farol, escuché otro: El Ministro de Presidencia afirmó que el Gobierno de España estaba esperando el informe del Consejo de Estado para valorar la intervención prohibitoria de los anuncios por palabras de prostitución en la prensa española, pues tenía (el Gobierno) dudas sobe la legitimidad de dicha medida ¡Cachis la mar con las dudas!
Le sugiero vivamente al Ministro que en lugar de esperar sentado la llegada de tan trascendente información inicie los trámites de modificación de la Ley Electoral, que los mismos sabios cuyo dictamen espera hace tiempo ya admitieron la falta de proporcionalidad del sistema electoral español invitando a su mejora. Pero claro, para qué acometer reformas transcendentes para mejorar nuestra democracia si creemos que basta con alimentarnos de pan y tertulias vacuas ¡Qué cosas tengo!
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Román SAN EMETERIO-PEDRAJA
Candidato de UPyD a la Presidencia de Cantabria

viernes, 14 de enero de 2011

600.000, O COMO ESCAPAR DEL ESPEJISMO A TRAVÉS DEL ESPEJO

¿Es sostenible un esquema de poder que para administrar los destinos comunes de algo menos de 600.000 habitantes cuenta con un Parlamento, un Gobierno Regional con 12 consejerías, más de 70 entes públicos paralelos a la administración y 102 municipios?

En toda situación delicada la solución suele pasar por el proceso de asimilación del propio estado, de mirarse al espejo y aceptar lo que se es. Y creo que ha llegado el momento para Cantabria –para España- de enfrentarse a su imagen en el espejo para escapar del espejismo.

Se lo decía a tres representantes de los tres partidos con parlamentarios autonómicos en un programa televisivo hace algunas semanas: seamos conscientes de lo que somos y dejemos de repetir esquemas sin antes evaluar su eficiencia para nuestras obligaciones y circunstancias. Cantabria, nuestra tierruca montañesa, es una región histórica pequeña en superficie y en población, con algo más de 5300 km² y algo menos de 600.000 habitantes, lo que significa que demográficamente Cantabria entera representa más o menos lo mismo, por ejemplo que los municipios de Málaga o Zaragoza.  

Es cuestión por tanto evaluar el despliegue administrativo del que nos hemos dotado para “organizar” la vida pública de Cantabria y estimar si es proporcionado o si bien se nos fue de las manos hace años (mi idea al respecto, lo sé, queda explicitada en mi redacción).

En España el Estado Autonómico ha sido desarrollado de forma asimétrica en una danza competencial marcada, principalmente, por los ritmos de Cataluña y País Vasco.  (la primera con una población 12,5 veces mayor que Cantabria y la segunda 3,6 veces). La configuración política que se buscó para España al final de la transición fue la del bipartidismos alternante, para lo cual se diseñó una ley electoral que, logrando su objetivo, supuso colateralmente que el Congreso se convirtiera de facto en la cámara territorial de las grandes autonomías gobernadas por partidos nacionalistas, partidos, por otro lado, a los que la misma ley electoral favorecía también en la conversión de votos en escaños. Es así como los gobiernos nacionalistas de Cataluña y País Vasco armados del peso, desproporcionado a nuestros ojos, de sus diputados en el Congreso y estableciendo una bilateralidad fuera de la ley como pauta, comerciaron con su apoyo con los gobiernos de turno, abundando en la diferencia a través del autogobierno excluyente. Como muestra basta el botón que nos están cosiendo a la solapa los “embajadores” de Cataluña en España (qué poco ha tardado en asomar la piel del lobo divergente bajo el vellón de carnero convergente) con las declaraciones de estos últimos días tras su regreso a la Generalidad o como muestra la traslación a datos numéricos del precio del apoyo del PNV a los presupuestos generales del Estado (que supuso además de las cesión de competencias la aceptación de enmiendas que cambiaron el destino de 124 millones de euros), despropósito que se ilustra con la aprobación de 2,6 millones y medio de euros para un tal vez deseable pero nada urgente “museo del chacolí” mientras que se rechaza la enmienda de UPyD para no reducir en 1,5 millones de euros la dotación al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Carlos III. Así es y así ha sido el ritmo marcado por los buques insignia del nacionalismo ibérico, que no pata negra. Y así será seguirá siendo si no le ponemos coto al desmán.

Y la reacción del resto de autonomías fue la de, permítanme, culo-veo-culo-quiero, iniciándose un proceso de calco y copia de estructuras y políticas sin tener en cuenta ni el factor escala ni la propia necesidad ni el sentido común que habría dado al traste con tanta duplicidad y redundancia competencial en el sistema. Es así como tras treinta y pocos años de democracia, una región como la nuestra, que organiza el destino autonómico de apenas 600.000 almas se ve articulada por un Parlamento de Cantabria desde donde el Gobierno actúa a través de 12 consejerías adornadas por un rosario de unos 70 entes, empresas, agencia, fundaciones públicos y nada más y nada menos que 102 municipios y sus correspondientes ramificaciones que incluyen, para los de mayor población, alguna que otra empresa pública. UPyD-Cantabria considera que este esquema es antieconómico y favorecedor de nuestra triste falta de transparencia endémica (la red clientelar que tantas empresas públicas y municipios teje es la antesala de calentamiento de la corrupción o cuando menos de la a-legalidad). Y si con esta losa organizativa que nos hemos cargado sobre los hombros nuestra región está por encima de la media española en tantos parámetros económicos no quiero pensar cuan mejor estaríamos sin ella, concentrando esos medios y energías en mejorar esos tantos otros parámetros donde somos deficitarios (como el sanitario, donde fuimos punteros y referencia hace no tantos años en calidad y vanguardia y ahora año tras año descendemos posiciones en los estudios comparativos nacionales o la transparencia que nos hace destacar como los últimos de la clase).

Asimilar nuestra escala es el primer paso necesario para dirigirnos a buen puerto, para lograr la eficiencia. El que no seamos muchos no resta un ápice a nuestra legitimidad, ni a nuestras necesidades, es más, podría hasta favorecernos en algún caso, pero nos tiene que obligar (al menos a partir de ahora ya que en el pasado el despendole fue Ley) a reconsiderar y redimensionar nuestra organización autonómica. Y eso será ejercer plenamente nuestras competencias y no la mera, y tantas veces espuria, dinámica de dejarse llevar por la inercia.

El hecho de que la crisis parezca haberse cebado menos en nuestra comunidad autónoma y las perspectivas de mejora parezcan superiores al de otras autonomías parece convertirse en coartada oficial para seguir dormidos sobre unos supuestos laureles avalando unos presupuestos autonómicos para el año próximo son tan continuistas y poco transparentes como siempre. Pero, valga la imagen, es un error pensar que la relativa bonanza de navegación de nuestra fragata en la tormenta pueda resistir el hundimiento de la flota.

En el ejercicio de nuestras competencias autonómicas deberíamos iniciar el proceso de simplificación administrativa de nuestra Comunidad, eliminando duplicidades y redundancias, racionalizando el gasto, reorganizando la administración y eliminando todos aquellos entes y empresas públicos cuyo rendimiento social no esté justificado.  Solo a través del espejo podremos escapar al espejismo. Esa es la alternativa necesaria, es nuestra propuesta y responsabilidad, es lo que las circunstancias y la decencia reclaman. 


Román SAN EMETERIO-PEDRAJA
Candidato de UPyD a la Presidencia de Cantabria.