martes, 12 de abril de 2016

TRAMPAS al SOLITARIO y HOGUERAS en PANAMUNDO


Hace nada saltó a la primera de todos los medios el "escándalo" revelado por un consorcio periodístico internacional bautizado periodísticamente como Papeles de Panamá: Un afer que ha hecho ya caer a un primer ministro europeo y que ha puesto la lupa entre el implacable sol de la moral hipócrita y esos semejantes que pensaron que podrían sacar más partido que todos los demás haciendo piruetas en la oscuridad. Y la lente magnífica con que miramos prenderá hogueras y quemará a todo aquel que no pueda zafarse. Y se quemará sin clemencia, con escarnio público. Mas con la hoguera terminará todo. Porque quienes podrían hacer que todo cambie para ser más justo carecen de vocación de cambio y comprenden el privilegio tramposo ofrecido a los que pueden costeárselo. Y porque, además, a la mayoría de nosotros, los que regalamos mayorías, en el fondo tampoco nos importa demasiado ni pensamos, craso error, que nos afecte directamente.

El enfoque será siempre el tendente a la lapidación. Pero nadie está destacando que la firma Mosseck-Fonseca (la fuente de toda esta agua putrefacta que nos cala) es la quinta sociedad (es lo que oí) en volumen mundial de creación del tipo de sociedades-entramados-marañas que tanto nos están escandalizando y tanta tinta y tecla están haciendo gastar. ¿Qué no habrá en las cuatro primeras firmas o incluso en la sexta y siguientes? ¿A alquien le importa?

Vivimos en una sociedad que acepta hacerse trampas al solitario a la vez que, como experta en kabuki que es, pretende escandalizarse cuando las descubre, poniendo cara de sorpresa cual histrión, como si en algo le fuera ajena a su conocimiento y responsabilidad, pero consciente en el fondo de que no lo es y de que, en realidad, le importa un bledo. A nadie le interesa que entre la luz en ese cercano paraíso de sombras que es Panamundo.
Foto: Namor Omán (Instagram: Namor_Oman)

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